Amor feliz
Amor feliz. ¿Es normal,
es serio, es positivo?
¿De qué le sirven al mundo dos seres
que no ven el mundo?
Enaltecidos mutuamente sin merecerlo,
dos cualesquiera entre un millón, mas convencidos
de que les sucedería. ¿En recompensa de qué? De nada.
La luz cae de ninguna parte.
¿Por qué da en ellos y no en otros?
¿Ofende a la justicia? Sí.
¿Infringe las normas establecidas con esmero,
despeña la moraleja desde la cumbre? Infringe y despeña.
Mirad a los felices:
¡Si al menos se escondieran un poco,
si fingieran agobio para reconfortar a los amigos!
Escuchad cómo ríen: es una afrenta.
En qué lengua hablan, al parecer comprensible.
Y esos ceremoniales, esos miramientos,
esas primorosas y mutuas atenciones,
¡diríase un complot a espaldas de la humanidad!
¿Qué ocurriría
si su ejemplo se imitara?
A qué recurrirían la religión y la poesía,
qué sería recordado y qué olvidado,
quién eligiría permanecer encerrado en el círculo.
Amor feliz. ¿Es necesario?
El tacto y el juicio obligan a silenciarlo
como si fuera un escándalo de las altas esferas de la Vida.
Los bebés espléndidos nacen
pero nunca lograrán poblar la tierra
ya que pocas veces sucede.
Que quienes no conocen el amor feliz
sigan afirmando que no existe un amor feliz en ningún sitio del mundo.
Con esa creencia les será más fácil vivir y también morir.
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